El propietario de una cadena de coches (Michael Douglas) con la líbido subida ve cómo su carrera y su vida personal se está arruinando debido a sus continuas indiscreciones, tanto en el plano profesional como personal.
Incluso con un profesional como Douglas dominando la película, es complicado interesarse por el personaje o una historia que toma giros decadentes a cada oportunidad. Me esperaba mucho más de este film pero desgraciadamente y a pesar del extraordinario reparto, no aporta absolutamente nada.
Una película para olvidar cuanto antes...
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